Yo me adapto: Educación para la percepción del riesgo en la población infantil

por Gonzalo González , Universidad Central Marta Abreu de las Villas, Cuba

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Fig. 1. (encabezado) Niños ayudan a limpiar la costa de Carahatas. Foto: M. Romero.
Fig. 2. Parte del grupo “Yo me adapto”, “Mujeres del Mar” y el equipo de la Universidad Central. Foto: B. Borges.

Resumen

En Carahatas, una comunidad pesquera del norte de Cuba, existen tradiciones de convivencia con el mar que influyen en la percepción que existe sobre las vulnerabilidades y amenazas del cambio climático. El equipo de investigadores de ADAPTO de la Universidad Central determinó que, no obstante estas tradiciones, muchos habitantes tienen poca percepción del riesgo. Una posible solución se basa en educar a los jóvenes de la comunidad con el fin de prepararlos para enfrentar los efectos del cambio climático. Sin embargo, el currículo de la escuela primaria local no incluye contenidos que aborden el tema. Existe un programa de educación extracurricular en Cuba, denominado Círculo de interés, que agrupa voluntariamente a estudiantes para investigar y prepararse en temas de interés social. Fue así como se creó el Círculo de interés “Yo me adapto”, con el objetivo educar y preparar a las generaciones futuras para enfrentar los efectos del cambio climático para que ellos, a su vez, transmitan dichos conocimientos a sus madres y familiares. Cada año se incorporan nuevos estudiantes a las charlas, talleres, juegos didácticos y acciones educativas relacionadas con el saneamiento costero. Gracias a que el microproyecto cuenta con la aprobación y el seguimiento de la Dirección Provincial de Educación y el Gobierno municipal, puede replicarse en otros asentamientos costeros.

Description

Como sucede en otras comunidades pesqueras de Cuba, los habitantes de Carahatas están expuestos a los efectos del cambio climático, como inundaciones debidas al aumento del nivel del mar y huracanes cada vez más frecuentes y devastadores. Se estima que en 2050 el 15% de las viviendas y 11 edificios de servicios estatales (la biblioteca, un restaurante y algunas tiendas) de dicha localidad habrán quedado sumergidos debido al aumento del nivel del mar. Hacia 2100, 90% de las viviendas actuales serán inhabitables. Un estudio que llevó a cabo la Universidad Central en Carahatas identificó que la comunidad no tiene conciencia del cambio climático y sus efectos. A pesar de que la escuela primaria de Carahatas es reconocida por la calidad de su educación, su currículo no incluye contenidos sobre los riesgos a los que están expuestos los habitantes de las zonas costeras. Puesto que las futuras generaciones serán las más afectadas por el cambio climático y de ahí surgirán los líderes de la adaptación al mismo, es indispensable que los temas del cambio climático y sus efectos formen parte del currículum de educación básica.

La Universidad coordinó la creación del microproyecto “Yo me adapto” con las autoridades de educación y el Gobierno municipal. Se basa en una forma de organización extracurricular reconocida en el sistema educativo cubano como “Círculo de interés”, que agrupa voluntariamente a estudiantes en temas de formación vocacional o de interés social. El contenido de “Yo me adapto” se orientó a fomentar la percepción del riesgo hacia los efectos del cambio climático utilizando métodos didácticos y técnicas recreativas. Se busca también que los niños transmitan los conocimientos adquiridos al resto de la comunidad a través de sus familias. Para ello, se propuso equipar un aula con medios educativos (principalmente audiovisuales) a fin de llevar a cabo actividades de aprendizaje y se capacitó a las maestras responsables. También se planificaron actividades de jornada de limpieza en la costa y concursos de arte.

Las actividades se desarrollaron en torno a tres temas. En primer lugar, la comprensión de las causas y consecuencias del cambio climático, con un enfoque particular en los desastres naturales a los que está expuesta la comunidad de Carahatas. En segundo lugar, el estudio de las características de la vida en Carahatas y de la relación de sus habitantes con el mar. En tercer lugar, la identificación de las principales amenazas y vulnerabilidades que afectan la seguridad de la comunidad. La estrategia pedagógica incluyó talleres (Fig. 2, 5, 7 y  8), recorridos guiados y actividades de limpieza de la costa (Fig. 1 y 4), actividades culturales y juegos (Fig. 9) y el uso de diagramas, fotografías y videos (Fig. 10) como apoyo, tomando en cuenta la valoración de los estudiantes respecto al nivel de exposición del poblado, de sus viviendas y del conocimiento de sus familiares sobre el tema.

Fig. 3. Inundaciones en Carahatas por el aumento del nivel del mar. Foto: ADAPTO-Cuba.
Fig. 4. Actividad de limpieza de la costa de Carahatas. Foto: M. Romero.
Fig. 5. Taller con niños de la escuela de Carahatas. Foto: B. Borges.

Proceso de implementación y evolución

“Yo me adapto” está muy relacionado con el microproyecto “Mujeres del Mar”, ya que parte de sus integrantes son las mismas maestras de la escuela primaria de Caharatas. Esta relación permitió identificar las necesidades educativas y ajustar la formación de las maestras a la complejidad de la educación infantil, con la asesoría de la Universidad (Fig. 6, fase 1). Así, las maestras dirigieron las actividades en las aulas, mientras que las madres de familia de la comunidad hicieron el seguimiento correspondiente en sus hogares. Las fases de concepción y planeación preliminar tuvieron gran impulso y se centraron en la integración de un modelo oficial que garantizara la sostenibilidad de la iniciativa. El “Círculo de interés” fue una alternativa que posibilitó cumplir con los objetivos iniciales bajo el amparo del sistema educativo cubano, con el apoyo del Gobierno y la Dirección de Educación del municipio. Se realizaron encuentros semanales entre maestras y estudiantes, así como bimensuales con el equipo ADAPTO-Cuba (Fig. 2).

La implementación ha tenido dificultades relacionadas con la importación de recursos para el aula especializada, que se han solucionado parcialmente con la colaboración con ADAPTO – Hábitat 2. Estas dificultades afectaron las expectativas del alcance y la calidad de la formación (fase 6). La sinergia ADAPTO – Hábitat 2 hizo posible la donación de una computadora de escritorio y el préstamo de otros medios audiovisuales para iniciar la fase 7. Las fases ejecutivas han podido implementar las ideas iniciales del aprendizaje apoyado por la cultura y recreación, también en la divulgación social e involucramiento familiar (fases 7 y 8). “Yo me adapto” se ha convertido en una iniciativa sostenible gracias a la participación anual de nuevos estudiantes y al apoyo de la Dirección Provincial de Educación.

Mapa de actores

La Universidad, a través de tres investigadores del equipo ADAPTO-Cuba, ha tenido un rol protagónico en el acompañamiento y la mediación con el Gobierno y la Dirección Provincial de Educación. Además, la falta de recursos y la necesidad de establecer vínculos institucionales obligaron al equipo a implicarse más. Así, el equipo de investigadores se encargó de proponer la idea inicial, contribuir a su elaboración y capacitar a las maestras, facilitar su acceso a la información actualizada y realizar talleres y charlas con los estudiantes. Ocho maestras se han encargado de la convocatoria y ejecución directa con cerca del 80% de los estudiantes de la escuela, apoyadas en casa por las madres y otros familiares. Los directores de educación a nivel provincial y municipal se han encargado de incluir la idea del microproyecto en su sistema de trabajo, dándole legitimidad y sostenibilidad. Realizaron aportes en la planificación detallada para su aprobación y dan soporte para su replicación y posible financiamiento. El Gobierno municipal, a través del vicepresidente encargado de la educación, aporta legalidad y será fundamental en la divulgación del impacto y la replicabilidad del microproyecto.

Fig. 6. Evolución del microproyecto y participación de actores.

Resultados

  • Educación de 39 niños con conocimientos básicos sobre el cambio climático y sus efectos en Carahatas.
  • Sensibilización de 98 familiares y vecinos que participaron en las actividades culturales y recreativas con los niños. Así, el impacto de “Yo me adapto” va más allá del ámbito escolar, gracias al apoyo familiar y el reconocimiento de la comunidad.
  • Creación de una experiencia educativa insertada en el modelo oficial de la escuela primaria cubana, que contribuye a la percepción del riesgo y la adaptación local.
  • Creación de las condiciones necesarias para replicar la iniciativa, con el apoyo del Gobierno municipal y del Ministerio de Educación.
  • Obtención de recursos adicionales, aportados por ADAPTO, que han garantizado la continuidad del microproyecto.

Lecciones aprendidas

En ambientes de alto riesgo vinculados al mar, la percepción del riesgo debe formar parte de la educación básica en Cuba. En poblados con dependencia económica del mar, la población infantil asimila mejor la información de las amenazas y vulnerabilidades locales como parte de su educación. El programa “Yo me adapto” demostró que la asimilación de contenidos sobre el riesgo y la adaptación al cambio climático a través de métodos educativos y técnicas recreativas contribuye a la motivación, aprendizaje y educación de los estudiantes.

Se ha demostrado que educar a los niños puede contribuir de manera importante a sensibilizar y movilizar a la comunidad ante los riesgos del cambio climático. El apoyo de la mujer es primordial en estas iniciativas debido a su rol en las comunidades pesqueras en las que los hombres deben ausentarse por largos períodos.

Es recomendable establecer una asociación con instituciones de prestigio en la comunidad, como la escuela, y servirse de los marcos existentes, como las actividades extracurriculares, para mejorar el apoyo y la participación de la comunidad. Ello, a su vez, facilita las alianzas con las instituciones y los órganos gubernamentales que garantizan la legitimidad y sostenibilidad del microproyecto.

Fig. 7. Taller infantil de apreciación de los peligros naturales en Carahatas. Foto: G. González.
Fig. 8. Reuniones y talleres con el grupo “Yo me adapto”. Foto: B. Borges.

Futuras acciones y replicabilidad

El microproyecto cuenta con las aprobaciones oficiales necesarias para su ejecución e incorpora anualmente a nuevos estudiantes, lo que facilita la continuidad de sus acciones. Es posible que en el futuro aumente su impacto en la comunidad con acciones fuera del ámbito escolar, a medida que aumente la conciencia de los riesgos del cambio climático entre los jóvenes del lugar.

Para mejorar la calidad de los medios educativos se requiere completar el equipamiento del aula especializada con un proyector, una cámara de video que permita difundir las actividades, artículos como camisetas y gorras que permitan que los niños se apropien del proyecto, mapas y material gráfico sobre el cambio climático, juegos y material para las actividades de artes visuales. Estos recursos permitirían enriquecer las actividades de enseñanza del proyecto “Yo me adapto”.

También es recomendable establecer colaboración con otras instituciones como el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y el de Cultura. Además, es necesario divulgar el trabajo de las implicadas y los resultados en redes sociales, para sistematizar la experiencia con el fin de replicarla en otros asentamientos similares de Cuba, con la coordinación del Ministerio de Educación. La aplicación de la iniciativa en otros contextos de Latinoamérica puede ser factible con adecuaciones y alianzas institucionales que permitan su inclusión en la educación escolar.

Fig. 9. Actividades culturales en la escuela de Carahatas. Foto: B. Borges.
Fig. 10. Actividad sobre cambio climático con un video educativo. Foto: M. Romero.