Construir alianzas y preparar un huerto urbano en Nonguén, Chile

por Claudio Araneda. Universidad del Bío-Bío, Chile

Institución promotoraUniversidad del Bío-Bío (UBB)
Desarrollado por ADAPTO-Chile y comunidad
Profesores e investigadores
(ADAPTO-Chile)
Claudio Araneda, Ignacio Bisbal, Roberto Burdiles, Nicolás Sáez, Rodrigo Lagos, Luis Felipe Maureira, Hernán Ascuí, Carmen Burdiles, y Javier León.
Estudiantes (ADAPTO-Chile)Denisse Schmidt and Constanza Rojas (estudiantes)
Líderes comunitarios y Miembros de la comunidad Modesto Vergara Herrera, Gladys Montencino Quezada, Aron Hinojosa Pérez, Teófilo González Arriagada, Carlos Guerrero Burgos
Otros participantesSigisfredo Brito
Lugar de la intervenciónChile, Concepción, Valle Nonguén
Fecha del proyectoEn progreso
Aporte inicial IDRCCAD 4,000

Fig. 1. (encabezado). Proyecto de huerto urbano para Villa Nonguén, sector Nonguén. Foto: Claudio Araneda.
Fig. 2. Maquetas de las estructuras de jardin y de plaza. Foto: ADAPTO-Chile.

Resumen

La iniciativa del huerto urbano pretendía potenciar las actividades relacionadas con la alimentación que ya se llevaban a cabo a los pies de la calle Copihues, situada en una ladera del Valle de Nonguén, cerca de la ciudad de Concepción, Chile. Tras una exposición realizada en 2018, los vecinos de Nonguén seleccionaron el diseño de esta iniciativa, de la estudiante de primer año Constanza Rojas, entre un grupo de proyectos estudiantiles creados en el marco del Taller de Barrio de la Universidad del Bío-Bío. Sin embargo, los organizadores pronto decidieron trasladar el jardín a otro sitio con el fin de reducir los costos de construcción. La iniciativa, liderada por la universidad, se enfrentó entonces a grandes obstáculos: primero, las oleadas de disturbios sociales de 2019 en Chile, y luego, el inicio de la pandemia en 2020. Estos obstáculos imposibilitaron la realización de visitas de campo y el trabajo con la comunidad. En última instancia, dieron lugar a la cancelación de la iniciativa y a la transferencia de fondos a la junta de vecinos, para la realización de un proyecto de su elección. A pesar del fracaso en la implementación de los planes de huertos urbanos, la nueva asociación entre los residentes de Nonguén, la Universidad del Bío-Bío y la municipalidad de Concepción sigue siendo sólida. Todas las partes se han comprometido a mejorar las condiciones de vida en Nonguén. A pesar de las dificultades, tenemos claro que las alianzas tripartitas entre la comunidad académica, la sociedad civil y el gobierno local pueden facilitar proyectos relevantes, necesarios y factibles.


Fig. 3. Exposición de proyectos de estudiantes para vecinos del sector de Nonguén. (Fuente: Archivo del Taller de Barrios).

Descripción y evolución de la iniciativa

Esta iniciativa comenzó con el Taller de Barrios 2018, un estudio multidisciplinario que se realiza cada segundo semestre en la Universidad del Bío-Bío en Concepción, Chile. Los principales objetivos del taller son trabajar con las comunidades vecinas del campus universitario, para responder a sus necesidades inmediatas, y ayudar a crear una visión compartida para un futuro barrio universitario en la zona. Hasta ahora, cada versión del estudio ha supuesto un estudio en profundidad de la zona de Nonguén y de sus necesidades arquitectónicas y urbanas. Los estudiantes de la Escuela de Trabajo Social, con la que formamos una asociación, desarrollaron estrategias de diagnóstico participativo para el trabajo de campo en el barrio: concretamente, estrategias de acercamiento a las comunidades a través de entrevistas en profundidad. A partir de ese diagnóstico contextual inicial, los estudiantes de la Escuela de Arquitectura trabajaron en varias propuestas de diseño, como jardines urbanos, bibliotecas locales, minimercados, pequeñas plazas, parques infantiles, miradores y oficinas de comités vecinales. Presentaron estas propuestas en una exposición, en la que los vecinos de Nonguén pudieron votar por los diseños que mejor se ajustaban a sus deseos y necesidades. Durante una reunión a finales de 2018, los vecinos eligieron el proyecto desarrollado por la estudiante de primer año Constanza Rojas, titulado Jardín Urbano.

El proyecto de Constanza pretendía dar a conocer las actividades informales relacionadas con la alimentación que ya se realizaban al pie de la calle Copihues, que se encuentra en una colina en el valle de Nonguén. El proyecto de huerto urbano pretendía aprovechar un solar vacío con acceso a la colina, que estaba cubierto de vegetación y árboles frondosos, y que ya se utilizaba para actividades de jardinería. También pretendía aprovechar la altura de la colina para crear terrazas ajardinadas, un punto de encuentro, un puesto de mercado y un centro de formación botánica. El proyecto incluía el compostaje, una actividad promovida en toda la comunidad por el Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de Concepción.

Una vez que los residentes eligieron el proyecto, los dirigentes locales y los profesores universitarios decidieron trasladarlo a la orilla del río Nonguén, con el fin de reducir la complejidad técnica y los costes adicionales que suponía construir en una ladera. Dichos costes eran demasiado elevados para el financiamiento disponible. Los investigadores también creían que el proyecto podría revitalizar la zona ribereña, abandonada en la mayor parte de la longitud del río Nonguén debido a las malas estrategias de desarrollo urbano. Los residentes y los representantes de la Municipalidad de Concepción definieron la ubicación precisa del proyecto tras varias visitas de campo a finales de 2018. La iniciativa también pretendía aprovechar la experiencia del Jardín Vertical del barrio de Bellavista, replicando las estrategias de diseño y construcción.

En circunstancias normales, este proyecto se habría seguido desarrollando de acuerdo con la filosofía del Estudio de Vecindad, es decir, mediante un proceso de codiseño con los líderes locales y los vecinos, así como con un estudio de arquitectura emergente. Muchos estudiantes universitarios habrían colaborado a través de un programa de prácticas y, en última instancia, el proyecto se habría construido.

Lamentablemente, varios acontecimientos impidieron la realización de las fases posteriores de la iniciativa. En primer lugar, la agitación social en Chile a principios de octubre de 2019 causó muchas dificultades, como las interrupciones de las clases y las reuniones debido a las constantes manifestaciones en el campus universitario y la posposición de muchas actividades. En 2020, la pandemia llegó y retrasó aún más las actividades. En esta etapa, el proyecto se quedó en la fase de borrador, típica de los estudiantes de primer año. Dadas las circunstancias, los investigadores de la Universidad del Bío-Bío decidieron suspender el proyecto y desviar los fondos a la junta de vecinos para la realización de una iniciativa de su elección (entre las que podría estar este proyecto de huertos).

Mientras el proyecto estaba suspendido, se establecieron las bases para su futuro y el de otras iniciativas. Representantes de la Universidad del Bío-Bío, de la junta de vecinos del Valle de Nonguén y del municipio de Concepción formaron un comité técnico, que apoya las alianzas previamente establecidas entre el gobierno local, los líderes locales y la Universidad del Bío-Bío. También explora las acciones necesarias para implementar la iniciativa de huertos urbanos en un futuro próximo. El mandato del comité incluye visitas de campo y la selección conjunta del nuevo sitio para el huerto urbano, con vecinos (miembros de la Junta de Vecinos), representantes municipales (representantes del Departamento de Obras Hidráulicas) y miembros del equipo de ADAPTO. También se ha comprometido a colaborar con representantes de la Dirección General de Medio Ambiente local, que se encarga del programa “Compostadores y Huertos Ecológicos”. El programa tiene como objetivo reducir el volumen de residuos orgánicos en el municipio de Concepción, ya que generan gases de efecto invernadero.

Esperamos poder construir el proyecto del Huerto Urbano tan pronto como las circunstancias sean favorables y se disponga de nuevos fondos. Tras una reunión con el equipo de ADAPTO a finales de 2018, el alcalde expresó su apoyo directo al proyecto. Su declaración de apoyo sigue vigente.

Mapa de actores

La Escuela de Arquitectura y la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Bío-Bío, el Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de Concepción y la junta de vecinos local establecieron un acuerdo de cooperación en 2016. La alianza tenía como objetivo asegurar una asociación de trabajo en la zona de Nonguén para futuros proyectos. Todos los actores de esta alianza dirigieron las actividades de las primeras fases de la iniciativa de manera conjunta (Fig. 4). La colaboración tuvo éxito porque el equipo consiguió celebrar reuniones en campo y fuera de él, en las que se debatieron a fondo las ideas y los posibles proyectos.

Cabe mencionar que el alcalde y otras partes interesadas municipales apoyaron la construcción del jardín desde el principio, sobre todo gracias a la estrecha colaboración del equipo del proyecto durante muchos años con la junta de vecinos. Esta colaboración reforzó el impulso inicial. Desde el punto de vista pedagógico, este tipo de apoyo y compromiso es notable, teniendo en cuenta que la iniciativa en cuestión es el resultado del trabajo de un estudiante de primer año.  

Fig. 4. Evolución del microproyecto y participación de actores.

Lecciones aprendidas

Aunque el desarrollo de este proyecto se vio obstaculizado en sus primeras etapas, tenemos claro que la alianza tripartita establecida entre representantes de la comunidad académica, la sociedad civil y el gobierno local puede promover proyectos relevantes, necesarios y viables. La agilidad con la que llevamos a cabo los pasos iniciales para el desarrollo del proyecto nos demostró que este tipo de asociación —basada en el reconocimiento, el respeto y la confianza mutua— puede fortalecer el trabajo en equipo y potenciar la acción. Creemos que el éxito relativo del proyecto puede atribuirse al carácter sostenido de la asociación que establecimos con otros actores locales. Nuestro compromiso con esta asociación surge a su vez del reconocimiento de que compartimos un territorio común. De ahí que, con nuestro compromiso incondicional de trabajar en la zona durante un periodo indefinido, creemos que podemos ayudar a crear conjuntamente una visión para un futuro barrio universitario. Nuestro compromiso encontró un profundo eco entre los residentes de la calle Colihues. En el ámbito universitario, este tipo de compromisos a largo plazo con un territorio son poco frecuentes. La tendencia solía ser mejorar una zona diferente cada semestre. Sin embargo, se dice que este modo de trabajo conduce a una pérdida de confianza en los esfuerzos académicos por parte de las comunidades locales. La confianza forjada a través de nuestra alianza con los vecinos hizo que, incluso cuando se suspendiera el proyecto de huertos urbanos, la relación se mantuviera firme, porque sabían que la voluntad de trabajar juntos era real y que las cosas se harían realidad cuando llegara el momento.

Futuras acciones y replicabilidad

El equipo espera reanudar los trabajos del huerto urbano y reactivar el taller de barrio, que ha estado inactivo debido a la pandemia. En el segundo trimestre de 2020, los estudiantes de tercer año trabajaron en propuestas de pasarelas peatonales adicionales sobre el río, dando así seguimiento a una idea que había surgido durante una de las visitas conjuntas entre representantes del equipo de ADAPTO en la Universidad del Bío-Bío, vecinos del barrio y delegados municipales. Esta idea consistía en combinar las dos iniciativas —la pasarela peatonal y el huerto urbano— de manera que ambas pudieran potenciarse. De este modo, el huerto urbano podría situarse en un extremo de la pasarela, contribuyendo así a animar la zona ribereña, que de otro modo estaría bastante abandonada.

El componente del proyecto que más merece ser replicado es, sin duda, el trabajo en alianzas multidireccionales o tripartitas. El equipo de ADAPTO Chile ha escrito y publicado varios artículos sobre este tema (Bisbal et al. 2018; Araneda et al. 2019a; Araneda et al. 2019b; Araneda et al. 2021). Creemos que el reto es comprometerse a establecer y mantener una relación parecida a la de una amistad con una comunidad: se trata de demostrar interés por un objetivo común y superior de co-creación y co-construcción de barrios. Hasta ahora, los resultados muestran que todas las partes implicadas en esta alianza o conversación permanente reconocen una mejora en la forma de practicar y valorar su trabajo. Todos ganan: el mundo académico gana un territorio real en el que asentar los esfuerzos educativos; el gobierno local adquiere una importante cartera de ideas para desarrollar la zona y la comunidad gana una visión de un futuro posible que simplemente no tenía hasta ahora. Creemos que nuestros seis años de trabajo en la zona de Nonguén pueden inspirar otros trabajos aquí y en otras ciudades de América Latina.

Referencias

Araneda-Gutiérrez, Claudio. Burdiles-Allende, Roberto, Reyes-Núñez, Mónica, Valassina-Simonetta, Flavio. (2019). Taller de Barrio. Innovación pedagógica a través de alianzas tripartitas. JIDA’19 VI Jornadas sobre innovación Docente en Arquitectura. Madrid, ETSAM-UPM, 14-15 noviembre. (pp. 754-765).